jueves, 31 de diciembre de 2009

La revolución social es posible


Rota, la revolución social es posible


Tras la Organización de la Plataforma y la puesta en marcha de la asamblea, los trabajadores en paro de Rota, impulsados por la CNT, no han dejado de luchar por transformar la situación de desempleo que afecta a 3000 familias roteñas.

LA ASAMBLEA

La asamblea de trabajadores en paro la conforman unas 250 personas, normalmente la asistencia gira entre 150 y 200 personas.Las reuniones son semanales y se realizan en el salon de actos de la Biblioteca Municipal;tras las primeras asambleas,que se realizaron en plena calle junto a las oficinas del INEM, la cesión del espacio es algo que conquistó la propia asamblea tras ver la necesidad de un espacio cerrado de cara al invierno.

La asamblea funciona a través de un sistema de democracia directa y donde están invitados no solo los trabajadores en paro sino que se anima a todos los trabajadores a que se unan a ella ya que el problema del paro afecta al conjunto de la sociedad obrera.
La mesa de moderadores y coordinación de la asamblea como tomadora de actas ha sido rotativa, pero se han empezado a elegir cargos temporales a modo de secretarias, siguiendo un poco el modelo de funcionamiento de la CNT.

La participación dentro de la asamblea es amplia así como los debates que se establecen suelen ser bien canalizados dado que se establecen normas estrictas en cuanto al respeto de las palabras como al respeto hacia las opiniones o propuestas. Tras la discusión se toman por votación las distintas propuestas emanadas por la asamblea.

A su vez la asamblea realiza un sistema de asistencia a través de unos carnets que se van sellando en cada asamblea, dado que uno de los criterios de cara a la distribución de los puestos de trabajo y la prioridad es la participación en las asambleas.

ACCIONES REALIZADAS

-Ocupaciones del INEM o SAE.

Se realizó una ocupación simbólica del SAE (Servicio Andaluz de Empleo) con la intención de hacer visible la problemática real, que no numérica del desempleo, es decir, que no somos meros números sino personas con problemas derivados de la mala gestión y la explotación del hombre por el hombre que utilizan las empresas. Este servicio no tiene en cuenta las necesidades sociales de los ciudadanos y deja a la elección de una maquina la vida laboral de las personas, y la oportunidad de sacar adelante a una familia necesitada. A esta acción asistieron unas 200 personas, a su vez se realizó una recogida de firmas en las puertas de la oficina, que fueron entregadas por la Plataforma y la CNT en una nueva ocupación.

-Ocupación de los Plenos de Ayuntamiento

Se asisten a todos los plenos del ayuntamiento, no con la intención de escuchar los discursos políticos, sino como medida de presión, para que sepan que estamos ahí, es nuestra intención. A su vez, se creó una comisión de interlocución con el alcalde para msnifestar nuestras reivindicaciones, esta comisión es rotativa, y ningún miembro es permanente.
Ya se ha conseguido un preacuerdo por parte del Alcalde para destinar 600.000 euros para la creación de puestos de trabajo con los fondos del Plan E, donde se ocuparán a 120 personas de la plataforma en periodos de 3 meses durante un año, esto para nosotros es insuficiente y declara la intención de dar migajas por panes, nuestra intención es que este Plan tenga en cuenta una comisión permanente para controlar todos los puestos de trabajo no solo municipales sino también privados que se generan con fondos públicos. Ya hay un compromiso de incluir en la comisión de contratación al sindicato de la CNT para que vigile el cumplimiento de lo pactado.

Además, se acompaña a la comisión que va ha hablar con el alcalde, se realiza una concentración donde se leen publicamente los acuerdos que se van a leer en esta reunión, y se espera a la salida para recibir la respuesta de la alcaldía.

-Concentraciones y Manifestaciones.

Se han realizado, una concentración y una mafestación por la calles de la villa, con gran participación ciudadana, en la concrentación asistieron unas 300 personas, mientas la Manifestación consiguio reunir a unas 400 personas. Para la convocatoria de la Manifestación se empapeló el pueblo con carteleria y se pusieron pancartas en la entrada del pueblo a través de comisiones emanadas de la Asamblea, también se puso un sistema de megafonía durante los cuatro días anteriores con un coche con los carteles de la manifestación anunciandola por todas las calles de la localidad, con el himno confederal como base musical, en Rota sonó durante cuatro días “A las Barricadas” de 18.00 a 20.00 horas. Se está viendo la necesidad de seguir organizando estos actos para salir a la calle y ser aun más visibles a nuestros vecinos, el eslogan de la Manifestación fue “Por el futuro de nuestro hijos. Por un reparto justo del trabajo. Contra la Precariedad laboral”. El siguiente paso es concienciar no solo al parado sino también al trabajador precario y que se una.

A su vez, se han apoyado otras Manifestaciones como la celebrada en Cádiz por la Plataforma de Parados de esta ciudad. Ya estamos poniendonos en contacto con otras asambleas de parados con la intención de extender nuestra lucha y encontrar una coordinación.

-Acciones Directas :
Se han realizado acciones en las obras a modo de Piquetes Informativos de carácter sindical, informando a los encargados que era ilegal hacer horas extras según el Convenio de la Construcción así como la inmoralidad de estar trabajando más horas de la cuenta cuando hay trabajadores en paro y que en su mayoría son obras subvencionadas con fondos públicos y que supuestamente van destinadas para la creación de empleo, cuando no solo pasa lo contrario sino que son aprovechadas por los empresarios para enriquecerse a costa de las desgracia de cientos de familias que tienen que mendigar un puesto de trabajo a las puertas de las obras, y por otra parte explotan al obrero obligandolo a hechar más de 40 horas con el chantaje de un sueldo vergonzoso y bajo convenios obsoletos con tablas salariales firmadas por los pèrros de la patronal que son ccoo y ugt., estos piquetes realizaban su visita en un horario donde supuestamente no se podía trabajar y visitaban las obras donde había trabajadores obligados a realizar una acción ilegal dentro de las normativas obreras, así se le pedía que informaran a su patrón que volveriamos si la cosa no se solucionaba.
Esta acción fue un éxito dado que se han eliminado por ahora las horas extras

martes, 1 de diciembre de 2009

La asamblea de parados y la CNT de Rota ocupan el SAE

Unas 200 personas se encontraron frente a las puertas del Servicio de Andaluz de Empleo en una recogida de firmas contra el funcionamiento de este organismo. El 7 de Diciembre se realizará una Manifestación en el municipio.

En la mañana del lunes 30 de noviembre, tras varias concentraciones la Plataforma mano a mano con la Confederación Nacional del Trabajo (CNT-AIT) tomaron la determinación de efectuar una ocupación simbólica acompañada de una recogida de firmas frente a las puertas de la sede del SAE. En esta acción se protesta contra el funcionamiento de este servicio público. Tras la ocupación de las dependencias se dio lectura al siguiente comunicado elaborado por el Sindicato CNT Rota :

"En un país como el nuestro, donde existen más de 250.000 familias que no perciben ningún tipo de ingresos, donde paro y precariedad en el empleo, pobreza y miseria, falta de un techo digno, están golpeando drásticamente a muchas familias, donde los propios organismos de beneficencia declaran que en dos años han doblado el número de personas a las que tienen que ayudar para comer, desde esta plataforma instamos a cambiar el modelo de idoneidad a ocupar un hipotético puesto de trabajo.

En un tiempo de crisis como el actual, donde la falta de recursos de los trabajadores nos acerca a la exclusión social, con la cual se agrava el riesgo de ruptura social, no comprendemos cómo es posible continuar en la práctica de elegir a los trabajadores por medio de un ordenador, que no entiende de pobreza y miseria.

Desde la plataforma de parados de Rota consideramos que la forma de contratación que existe actualmente por parte del S.A.E. es fría e inhumana, ya que no se tiene en cuenta en ningún momento la situación personal o familiar de las personas que por causa de la actual crisis (la cual aprovechan empresarios desaprensivos para despedir al mayor número posible de personas), nos vemos en la triste situación de encontrarnos sin trabajo.

No entendemos cómo se puede dejar al arbitrio de una máquina si una persona es apta o no para ocupar algún puesto de trabajo.

Pensamos que las personas que están en más grave riesgo de exclusión social deben ser las primeras en ser llamadas para ocupar los trabajos que desde el S.A.E. se ofertan, ya que quienes perciben algún tipo de prestación por desempleo pueden sobrevivir un poco más de tiempo en estos tristes tiempos que nos ha tocado vivir.

Asimismo comunicamos que si no cambian los criterios de selección de trabajadores a un sistema más justo y humano nos reservamos el derecho a realizar cuantas acciones creamos oportunas en vistas a conseguir esta petición, siempre dentro del marco de la legalidad vigente".



La convocatoria fue un éxito según los organizadores, tras la cual se realizo una asamblea donde se informo de las propuestas y futuras acciones como la convocatoria de Manifestación para el día 7 de diciembre con el lema "Por un reparto justo del trabajo y contra la precariedad laboral".

jueves, 19 de noviembre de 2009

Viva Durruti





El alcalde de Rota y la Plataforma de parados se reunirán el próximo sábado



La Plataforma de parados de Rota se reunirá con el alcalde
El lunes 16 de Novimebre y organizada por el Sov de Rota tuvo lgar una concentración de la plataforma de parados de esta ciudad.A dicha concentración acudieron algo más de 200 personas que, a las puertas del Ayuntamiento, exigieron un reparto justo y rotativo del trabajo.
Una delegación de la plataforma hizo entrega en el registro de una copia con las peticiones aprobadas en asamblea y que, entre otras, son:
creación de una comisión de empleo con representación de la plataforma
transparencia y control de las contrataciones por parte de la misma
un reparto justo y rotativo del trabajo generado por las obras públicas
que en los próximos presupuestos municipales se destine más dinero público a servicios sociales y a la creación de empleo
eliminación de las horas extras en Rota
exigir a las empresas la contratación de un mínimo de parados de la plataforma.
Tras la entrega en el registro la concentración se trasladó desde Plaza de España hasta las puertas del castillo de luna, donde están situadas las oficinas del alcalde. Allí se gritaron distintas consignas y, tras un buen rato, nos trasladamos en una manifestación improvisada hacia las oficinas del SAE donde se dio por terminado el acto.
Desde este SOV queremos agradecer la presencia de los compañeros de CNT Lebrija, Fernán Núñez y Córdoba que acudieron a apoyarnos y a participar en esta protesta.
Asimismo, el miércoles 18 ocupamos el Pleno del Ayuntamiento y, de forma silenciosa, protestamos por la situación de desempleo que sufren más de 3000 personas en Rota. Nadie entendía cómo los políticos municipales podían debatir sobre ayudas a los agricultores, la situación de China, lo mal que viven los niños del llamado tercer mundo y lo bien que están los nuestros en comparación o la próxima celebración de un pleno infantil mientras en nuestro pueblo, al igual que en todo el país, aumentan día tras día las personas que se quedan sin empleo, hay un gran número de familias que van a perder su hogar por no poder pagar la hipoteca y cada día aumenta también el número de personas que acuden a los servicios sociales a solicitar ayuda.
Eso encendió los ánimos y en un descanso del pleno improvisamos una asamblea para decidir cómo continuar la protesta, si de forma silenciosa como hasta ese momento o bien de forma más contundente.
En esas estábamos cuando fuimos interrumpidos por la presencia del alcalde y toda la corporación municipal que salieron a hablar con nosotros. Se vivieron algunos momentos de tensión entre varios miembros de la plataforma y los políticos, en especial con el alcalde, y, aunque a veces pareció que iba a estallar la violencia, la cosa no llegó a mayores gracias a la cordura de los manifestantes.
Por ahora el alcalde admite todas las peticiones de la plataforma y el sábado 21 se reunirá con una delegación de la plataforma. Seguiremos informando...

martes, 10 de noviembre de 2009





PLATAFORMA DE PARADOS DE ROTA
CONVOCA

CONCENTRACION
LUNES 16 DE NOVIEMBRE 11:00 HORAS
PLAZA DE ESPAÑA

ORGANIZATE Y LUCHA
POR UN REPARTO JUSTO DEL TRABAJO

QUE EL PARO NO TE PARE

Cuidado con el correo...

Puedes recibir una multa de 600 euros por enviar mal un mensaje de correo electrónico

La Agencia de Protección de datos esta multando puesto que es practica habitual mandar correos a varios destinatarios en Para:...., en lugar de hacerlo en CCO:.... ). Para que seamos conscientes de lo que puede pasar.

Multa de 600 Euros

Varios ciudadanos han recibido una multa de 600 euros de la Agencia Española de Protección de Datos de Carácter Personal.

Frecuentemente recibimos y enviamos correos con alguna chorrada graciosa o alguna noticia interesante a muchos de nuestros contactos. Esto es una práctica normal y no se le puede poner reparo.

Sin embargo, el problema viene en la forma de enviar esos correos, normalmente quien los envía pone a toda la lista de destinatarios en el campo "para:", y esto origina que cada uno de los que reciben el correo, ven las direcciones de correo de los demás a quienes va dirigido.

Esta "inocente" acción supone una violación de la Ley Orgánica de Protección de Datos de Carácter Personal, y conlleva aparejada una sanción de 600€, que por cierto, ya han recibido muchos ciudadanos españoles que ni siquiera eran conscientes de que estaban realizando algo ilegal (aunque el desconocimiento de la ley no exime de su cumplimiento).

La solución para evitar la denuncia es muy simple, y consiste en que en lugar de poner todas las direcciones en el campo Para:, ponerlas en el campo CCO: (copia oculta), aunque no todos los clientes de correo soportan esto (los modernos si). Esto causa que nuestros contactos reciben el correo, pero no ven la dirección de ninguna otra persona.

Si alguno no veis el campo CCO:, hacéis clic en el botón Para: (como para buscar los contactos en la agenda), y os aparecen tres campos:

Para: que es a quien va dirigido el correo.
CC: (Carbón Copy), que es a quien se envía una copia de correo.
CCO:(Copia oculta), que es a quien se envía una copia de correo, pero los que pongamos aquí, no se ven al recibir el correo.

De esta forma, quienes reciban el correo, no saben a quien mas va enviado dicho correo, de forma que así no incumplimos la Ley y nos ahorraremos una multa de la Agencia Española de Protección de Datos Personales.

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INFORMACIÓN IMPORTANTE CUANDO ENVÍE O REENVÍE UN MENSAJE A MAS DE UN DESTINATARIO:
Para: Déjelo en blanco.
CC: Déjelo en blanco.
CCO o BCC: Incluya aquí a sus destinatarios.

SI VA A REALIZAR UN 'FORWARD' O REENVÍO DE ESTE MENSAJE, POR FAVOR, borre las direcciones de la(s) persona(s) que lo enviaron y la fecha, además de los datos de envío originales.
Proteja sus direcciones y las de sus amigos, use SIEMPRE la opción CCO o BCC.

Extraído de :insurgente.org

jueves, 29 de octubre de 2009

Sin miedo

Esta es una entrevista de El Mundo al actor Guillermo Toledo, ha sido extraída de la página insurgente.org y merece la pena leerla



Elmundo.es/insurgente.-


Usted fue uno de los actores que se manifestó ostentosamente contra la guerra de Irak. ¿Dónde está hoy esa muchedumbre manifestándose contra la guerra en Afganistán?

Me manifesté ostentosamente porque manifestarse en el salón de tu casa no tiene demasiado sentido. Respecto a tu pregunta, comparto contigo la misma reflexión ¿Dónde están? Yo personalmente he continuado cada vez que me han dado la oportunidad condenando esta guerra y repito guerra, que no acción humanitaria como nos intenta vender el Gobierno. Para mí una y otra son parte del mismo plan de dominación mundial de los recursos naturales ideada por los mismos y ejecutada por los mismos. Zapatero nos sacó de Irak pero nos metió en Afganistán. Te animo a que tú también, cuando puedas, y en la medida de tus posibilidades luches para terminar con la guerra, ésta y cualquier otra guerra.

Guillermo, coincidí contigo en varias manifas en favor del pueblo saharaui. El gobierno español es el primer vendedor de armas a África según Oxfam internacional, y Zapatero es el primer socio del rey de Marruecos. Me duele decirlo, pero ¿no te parece que el PSOE utilizó electoralmente el drama de los saharauis y ahora se ha olvidado de ellos?

En 1978 Felipe González dijo en los campos de refugiados que caminaría de la mano del pueblo saharaui hasta la victoria final. Años después se convirtió en amigo personal e íntimo de la familia real marroquí, que entre otras cosas bombardeó con napalm y con fósforo blanco al pueblo saharaui que huía, y hace no más de una semana se dedicó a mentir conscientemente respecto a la situación de los derechos humanos en el Sáhara. Simplemente esta gente puso en una balanza la justicia y la libertad de los saharauis y los privilegios y el dinero que su apoyo a Marruecos les podrían reportar, como ha quedado claro eligieron el dinero. Siento vergüenza real por la postura del PSOE respecto al Sáhara y respecto a muchísimos otros temas, pero al menos nosotros, el pueblo español, no debemos olvidarlos ni abandonarlos, así que a seguir peleando. Ahora sí: hasta la victoria final.

Guillermo, ¿te parece correcto decir que los piratas son los pescadores que van a faenar a aguas del índico, y no los somalíes que asaltan los barcos armados hasta los dientes? ¿Qué opinarías de una persona que dijera semejante disparate?

¿Somalíes armados hasta los dientes? ¿Qué te parecen entonces los destructores, los portaaviones, los cazabombarderos, los radares de última generación, las metralletas y el despliegue militar que está llevando a cabo Occidente en las aguas de Somalia? Creo que todos deberíamos informarnos un poco más a la hora de emitir juicios y no quedarnos solo con la información que ofrecen los medios de comunicación oficiales. Te pido que entres en Internet y trates de buscarle un porqué a la actitud del pueblo de Somalia. Te sorprenderá.

Ricardo (Toledo) Me parece bien que los actores, directores, cantantes, etc. os manifesteis en el parlamento, en los Goya o donde sea. Pero , ¿por qué no lo haceis ahora con la que está cayendo? o esque solo se hace cuando manda la derecha?

Buena pregunta. Estoy absolutamente de acuerdo contigo. Yo creo que la respuesta, entre otras muchas, sería que dado que yo considero que éste es un país fundamentalmente de izquierdas hay mucha gente que confunde al Partido Socialista y a Zapatero con la izquierda. Creo que lo que determina la orientación ideológica de un gobierno es su política económica y en este caso, como cuando gobernaba el Partido Popular, es absolutamente neoconservadora, capitalista y ultraliberal.

domingo, 18 de octubre de 2009

Memoria del Dr. Pedro Vallina.

Hola amigas y amigos,

seguimos comentando, si os parece bien, las memorias de Pedro Vallina. Esta vez habla de Pi y Margall. Leamos a Vallina;

“ Pi y Margall falleció el 29 de noviembre de 1900. Había dado una conferencia en la Casa de Estudiantes. Siendo la noche fría, a la salida se sintió enfermo; se trataba de una bronconeumonía. La enfermedad fue corta y penosa, y Madrid recibió la noticia de la muerte del gran hombre con profundo pesar.

Salvochea tenía en poca estima alos tribunos de la primera República, a quienes culpaba de su fracaso. A Pi y Margall lo estimaba mucho, pero le atribuía falta de hombría con referencia al período republicano.

Aquella noche nos reunimos los compañeros en el Centro Federal para concretar nuestra actitud referente al entierro de Pi y Margall. El gobierno, temiendo desórdenes, había dispuesto que el cadáver del finado no fuese llevado al centro de la capital, sino que desde el barrio de Salamanca, donde habitaba, fuese conducido directamente al cementerio civil.

Salvochea marcó la pauta a seguir con estas palabras: “ Contra la voluntad de las autoridades llevaremos el cadáver a la Puerta del Sol y de allí a los barrios bajos, donde el pueblo nos seguirá y el homenaje puede resultar con la quema de algún convento por el alma de don Francisco”. A todos nos pareció bien el programa y nos separamos dispuestos a cumplirlo.

De buena hora nos dirigimos a la casa mortuoria, donde comenzaba a congregarse una multitud inmensa. Recuerdo habernos encontrado con Federico Urales y Pedro Corominas, que conversaban animadamente. Poco después de nuestro grupo de compañeros se destacó el equipo encargado de llevar a cuestas el féretro, a fin de burlar las disposiciones del gobierno.

Nunca he visto multitud tan numerosa rindiendo con tanto fervor tributo de admiración al recuerdo de una persona querida, a no ser en el entierro de Luisa Michel en París. Puede decirse que todo Madrid acudió a la emocionante cita. Arrancó la comitiva, y cuando llegamos a la Cibeles, los obreros que llevaban a cuestas el ataúd, anarquistas como queda dicho, en vez de dirigirse al cementerio tomaron por la calle de Alcalá arriba en dirección a la Puerta del Sol. El momento fue tan crítico como emocionante, pues mietnras los cordones de policía creyó más prudente evitar un choque en aquella circunstancia. Un policía intentó arrestar a Salvochea, pero salmerón y García, muy amigo suyo y que iba a su lado, lo evitó oponiéndose a ello resueltamente.

En la Puerta del Sol falló nuestro programa, separados unos de otros, llevados y traídos por el oleaje humano, el mar de gente se deslizó con el muerto bajando por la Carrera de San Jerónimo. Disgustadeo Salvochea, regresó a su casa, pero nosotros continuamos camino del cementerio.

Al pasar la manifestación por delante del Congreso de los Diputados, los padres de la patria salieron al vestíbulo, circunstancia que aprovechó el gentío para dirigirles toda suerte de improperios. Por mi parte les increpé dirigiéndome a Segismundo Moret, el más tieso y encopetado de todos. ¡¡¡ Sinvergúenza!!!, apostrofé, y el mastodonte Aguilera, gobernador civil de Madrid, me amenazó con el bastón al tiempo que me gritaba: ¿ Así respetáis la memoria del muerto?

Al anochecer se dio sepultura en el cementerio civil a los despojos de Pi y Margall ante una multitud silenciosa y compungida, silencio que rompió un obrero gritando: ¡¡¡ Viva la Anarquía !!!, que fue contestado por la concurrencia.

Por la noche, los compañeros nos reencontramos en el Centro Federal. Salvochea no ocultó su disgusto por lo incompleto que había quedado el programa del entierro. Pero, a no ser por los anrquistas, el cadáver del gran republicano habría sido conducido sigilosamente a su última morada.

En Tierra y Libertad publiqué yo una reseña de lo ocurrido durante el entierro, y Eduardo Barriobero dedicó un número extraordinario de su revista Germinal, en homenaje a la personalidad de Pi y Margall, destacándose un artículo de Roberto Casrovido."


Bueno colegas esto es todo por ahora, espero que os haya gustado y ayudado a reflexionar un poco sobre la historia de los movimietnos obreros y anarquistas de nuestra historia. La del pueblo.

Salud y A

domingo, 11 de octubre de 2009

PARA CONMEMORAR EL DÍA DE LA "RAZA"

Amigas y amigos,

estoy leyendo las memorias del DR PEDRO VALLINA, y al mencionar en ellas, a los revolucionarios cubanos(los del siglo XIX) y nombrar a José Martí, gran admirado también por Fermín Salvochea. No pude resistirme a colgar en nuestro Ateneo Libertario este escrito, para la Revista "La Edad de Oro", con el título "El Padre las Casas", de su época.

Creo que si se lee con situación histórica y sin perjuicios(que todos tenemos los nuestros) demasiados precoces. Veremos como descríbe a un luchador social inolvidable en latinoamérica, sobre todo en CHiapas. Y cómo no, la crueldad de los imperialistas españolistas en tierras americanas.

Espero que esto nos ayude a no olvidar que algo que nos une a todos los revolucionarios del mundo, es el ser Anti-Imperialista. Y por lo tanto Internacionalistas. Cosa que los Anarquistas (llamensé también Libertarios) de todos los lugares del mundo, no hemos olvidado jamás. Cómo decía José Martí; " Patría es Humanidad".

Salud y Anarquía.

Juan Jesús

EL PADRE LAS CASAS

Cuatro siglos es mucho, son cuatrocientos años. Cuatrocientos años hace que vivió el Padre las Casas, y parece que está vivo todavía, porque fue buen no. No se puede ver un lirio sin pensar en el Padre las Casas, porque con la bondad se le fue poniendo de lirio el color, y dicen que era hermoso verlo escribir, con su túnica blanca, sentado en su sillón de tachuelas, peleando con la pluma de ave porque no escribía de prisa. Y otras veces se levantaba del sillón, como si le quemase; se apretaba las sienes con las dos manos, andaba a pasos grandes por la celda, y parecía como si tuviera un gran dolor. Era que estaba escribiendo, en su libro famoso de la Destrucción de las Indias, los horrores que vio en las Américas cuando vino de España la gente a la conquista. Se le encendían los ojos, y se volvía a sentar, de codos en la mesa, con la cara llena de lágrimas. Así pasó la vida, defendiendo a los indios.


Aprendió en España a licenciado, que era algo en aquellos tiempos, vino con Colón a la isla Española en un barco de aquellos de velas infladas y como cáscara de nuez. Hablaba mucho a bordo, y con muchos latines. Decían los marineros que era grande su saber para un mozo de veinticuatro años. El sol, lo veía él siempre salir sobre cubierta. Iba alegre en el barco, como aquel que va a ver maravillas. Pero desde que llego, empezó a hablar poco. La tierra, sí, era muy hermosa, y se vivía como en una flor; ¡pero aquellos conquistadores asesinos debían de venir del infierno, no de España! Español era él también, y su padre, y su madre; pero él no salía por las islas Lucayas a robarse a los indios libres; ¡porque en diez años ya no quedaba indio vivo de los tres millones, o más, que hubo en la Española!: él no los iba cazando con perros hambrientos, para matarlos a trabajo en las minas; él no les quemaba las manos y los pies cuando se sentaban porque no podían andar, o se les caía el pico porque ya no tenían fuerzas; él no los azotaba, hasta verlos desmayar, porque no sabían decirle a su amo donde había más oro; el no se gozaba con sus amigos, a la hora de comer, porque el indio de la mesa no pudo con la carga que traía de la mina, y le mandó cortar en castigo las orejas; él no se ponía el jubón de lujo, y aquella capa que llamaban ferreruelo, para ir muy galán a la plaza, a las doce, a ver la quema que mandaba hacer la justicia del gobernador, la quema de los cinco indios. El los vio quemar, los vio mirar con desprecio desde la hoguera a sus verdugos; y ya nunca se puso más que el jubón negro, ni cargó caña de oro, como los otros licenciados ricos y regordetes, sino que se fue a consolar a los indios por el monte, sin más ayuda que su bastón de rama de árbol.


Al monte se habían ido, a defenderse, cuantos indios de honor quedaban en la Española. Como amigos habían recibido ellos a los hombres blancos de las barbas; ellos les habían regalado con su miel y su maíz, y el mismo rey Behechio le dio de mujer a un español hermoso su hija Higuemota, que era como la torcaza y como la palma real; ellos les habían enseñado sus montañas de oro, y sus ríos de agua de oro, y sus adornos, todos de oro fino, y les habían puesto sobre la coraza y guanteletes de la armadura pulseras de las suyas, y collares de oro; ¡y aquellos hombres crueles los cargaban de cadenas; les quitaban sus indias, y sus hijos; los metían en lo hondo de la mina, a halar la carga de piedra con la frente; se los repartían, y los marcaban con el hierro, como esclavos!: en la carne viva los marcaban con el hierro. En aquel país de pájaros y de frutas los hombres eran bellos y amables; pero no eran fuertes. Tenían el pensamiento azul como el cielo, y claro como el arroyo; pero no sabían matar, forrados de hierro, con el arcabuz cargado de pólvora. Con huesos de fruta y con gajos de mamey no se puede atravesar una coraza. Caían, como las plumas y las hojas. Morían de pena, de furia, de fatiga, de hambre, de mordidas de perros. ¡Lo mejor era irse al monte, con el valiente Guaroa, y con el niño Guarocuya, a defenderse con las piedras, a defenderse con el agua, a salvar al reyecito bravo, a Guarocuya! El saltaba el arroyo, de orilla a orilla; él clavaba la lanza lejos, como un guerrero; a la hora de andar, a la cabeza iba el; se le oía la risa de noche, como un canto; lo que el no quería era que lo llevase nadie en hombros. Así iban por el monte, cuando se les apareció entre los españoles armados el Padre las Casas, con sus ojos tristísimos, en su jubón y su ferreruelo. El no les disparaba el arcabuz; el les abría los brazos. Y le dio un beso a Guarocuya.


Ya en la isla lo conocían todos, y en España hablaban de el. Era flaco, y de nariz muy larga, y la ropa se le caía del cuerpo, y no tenía más poder que el de su corazón; pero de casa en casa andaba echando en cara a los encomenderos la muerte de los indios de las encomiendas; iba a palacio, a pedir al gobernador que mandase cumplir las ordenanzas reales; esperaba en el portal de la audiencia a los oidores, caminando de prisa, con las manos a la espalda, para decirles que venía lleno de espanto, que había visto morir a seis mil niños indios en tres meses. Y los oidores le decían: "Cálmese, licenciado, que ya se hará justicia"; se echaban el ferreruelo al hombro, y se iban a merendar con los encomenderos, que eran los ricos del país, y tenían buen vino y buena miel de Alcarria. Ni merienda ni sueño había para Las Casas; sentía en sus carnes mismas los dientes de los molosos que los encomenderos tenían sin comer, para que con el apetito les buscasen mejor a los indios cimarrones; le parecía que era su mano la que chorreaba sangre, cuando sabía que, porque no pudo con la pala, le habían cortado a un indio la mano; creía que él era el culpable de toda la crueldad, porque no la remediaba; sintió como que se iluminaba y crecía, y como que eran sus hijos todos los indios americanos. De abogado no tenía autoridad, y lo dejaban solo; de sacerdote tendría la fuerza de la iglesia, y volvería a España, y daría los recados del cielo, y si la corte no acababa con el asesinato, con el tormento, con la esclavitud, con las minas, haría temblar a la corte. Y el día en que entró de sacerdote, toda la isla fue a verlo, con el asombro de que tomara aquella carrera un licenciado de fortuna; y las indias le echaron al pasar a sus hijitos, a que le besasen los hábitos.


Entonces empezó su medio siglo de pelea, para que los indios no fuesen esclavos; de pelea en las Américas; de pelea en Madrid; de pelea con el rey mismo; contra España toda, el solo, de pelea. Colón fue el primero que mandó a España a los indios en esclavitud, para pagar con ellos las ropas y comidas que traían a América los barcos españoles. Y en América había habido repartimiento de indios, y cada cual de los que vino de conquista, tomó en servidumbre su parte de la indiada, y la puso a trabajar para él, a morir para él, a sacar el oro de que estaban llenos los montes y los ríos. La reina, allá en España, dicen que era buena, y mandó a un gobernador que sacase a los indios de la esclavitud; pero los encomenderos le dieron al gobernador buen vino, y muchos regalos, y su porción en las ganancias, y fueron más que nunca los muertos, las manos cortadas, los siervos de las encomiendas, los que se echaban de cabeza al fondo de las minas. "Yo he visto traer a centenares maniatadas a estas amables criaturas, y darles muerte a todas juntas, como a las ovejas". Fue a Cuba de cura con Diego Velázquez, y volvió de puro horror, porque antes que para hacer casas, derribaban los árboles para ponerlos de leñas a las quemazones de los taínos. En una isla donde había quinientos mil "vio con sus ojos" los indios que quedaban: once. Eran aquellos conquistadores soldados bárbaros, que no sabían los mandamientos de la ley, ¡y tomaban a los indios de esclavos, para enseñarles la doctrina cristiana, a latigazos y a mordidas! De noche, desvelado de la angustia, hablaba con su amigo Rentería, otro español de oro. ¡Al rey había que ir a pedir justicia, al rey Fernando de Aragón! Se embarcó en la galera de tres palos, y se fue a ver al rey.


Seis veces fue a España, con la fuerza de su virtud, aquel padre que "no probaba carne'. Ni al rey le tenía miedo, ni a la tempestad. Se iba a cubierta cuando el tiempo era malo; y en la bonanza se estaba el día en el puente, apuntando sus razones en papel de hilo, y dando a que le llenaran de tinta el tintero de cuerno "porque la maldad no se cura sino con decirla, y hay mucha maldad que decir, y la estoy poniendo donde no me la pueda negar nadie, en latín y en castellano". Si en Madrid estaba el rey, antes que a la posada a descansar del viaje, iba al palacio. Si estaba en Viena cuando el rey Carlos de los españoles era emperador de Alemania, se ponía un hábito nuevo, y se iba a Viena. Si era su enemigo Fonseca el que mandaba en la junta de abogados y clérigos que tenía el rey para las cosas de América, a su enemigo se iba a ver, y a ponerle pleito al Consejo de Indias. Si el cronista Oviedo, el de la Natural Historia de las Indias, había escrito de los americanos las falsedades que los que tenían las encomiendas le mandaban poner, le decía a Oviedo mentiroso, aunque le estuviera el rey pagando por escribir las mentiras. Si Sepúlveda, que era el maestro del rey Felipe, defendía en sus "conclusiones" el derecho de la corona a repartir como siervos y a dar muerte a los indios, porque no eran cristianos, a Sepúlveda le decía que no tenían culpa de estar sin la cristiandad los que no sabían que hubiera Cristo, ni conocían las lenguas en que de Cristo se hablaba, ni tenían más noticias de Cristo que la que les habían llevado los arcabuces. Y si el rey en persona le arrugaba las cejas, como para cortarle el discurso, crecía unas cuantas pulgadas a la vista del rey, se le ponía ronca y fuerte la voz, le temblaba en el puño el sombrero, y al rey le decía, cara a cara, que el que manda a los hombres ha de cuidar de ellos, y si no los sabe cuidar, no los puede mandar, y que lo había de oír en paz, porque él no venía con manchas de oro en el vestido blanco, ni traía más defensa que la cruz.


O hablaba, o escribía, sin descanso. Los frailes dominicanos lo ayudaban, y en el convento de los frailes se estuvo ocho años, escribiendo. Sabía religión y leyes, y autores latinos que era cuanto en su tiempo se aprendía; pero todo lo usaba hábilmente para defender el derecho del hombre a la libertad, y el deber de los gobernantes de respetárselo. Eso era mucho decir, porque por eso quemaban entonces a los hombres. Llorente, que ha escrito la Vida de Las Casas, escribió también la Historia de la Inquisición, que era quien quemaba; el rey iba de gala a ver la quemazón, con la reina y los caballeros de la corte; delante de los condenados venían cantando los obispos, con un estandarte verde; de la hoguera salía un humo negro. Y Fonseca y Sepúlveda querían que "el clérigo" Las Casas dijese en sus disputas algún pecado contra la autoridad de la iglesia, para que los inquisidores lo condenaran por hereje. Pero "el clérigo" le decía a Fonseca: "¡Lo que yo digo es lo que dijo en su testamento la buena reina Isabel; y tú me quieres mal y me calumnias, porque te quito el pan de sangre que comes, y acuso la encomienda de indios que tienes en América!" Y a Sepúlveda, que ya era confesor de Felipe II, le decía: "Tú eres disputador famoso, y te llaman el Livio de España por tus historias; pero yo no tengo miedo al elocuente que habla contra su corazón, y que defiende la maldad, y te desafío a que me pruebes en plática abierta que los indios son malhechores y demonios, cuando son claros y buenos como la luz del día, e inofensivos y sencillos como las mariposas". Y duró cinco días la plática con Sepúlveda. Sepúlveda empezó con desdén, y acabó turbado. El clérigo lo oía con la cabeza baja y los labios temblorosos, y se le veía hincharse la frente. En cuanto Sepúlveda se sentaba satisfecho, como el que hincó el alfiler donde quiso, se ponía el clérigo en pie, magnífico, regañón, confuso, apresurado. "¡No es verdad que los indios de México mataran cincuenta mil en sacrificios al año, sino veinte apenas, que es menos de lo que mata España en la horca!" "¡No es verdad que sean gente bárbara y de pecados horribles, porque no hay pecado suyo que no lo tengamos más los europeos; ni somos nosotros quien, con todos nuestros cañones y nuestra avaricia, para compararnos con ellos en tiernos y amigables; ni es para tratarlo como a fiera un pueblo que tiene virtudes, y poetas, y oficios, y gobierno, y artes!" "¡No es verdad, sino iniquidad, que el modo mejor que tenga el rey para hacerse de súbditos sea exterminarlos, ni el modo mejor de enseñar la religión a un indio sea echarlo en nombre de la religión a los trabajos de las bestias; y quitarle los hijos y lo que tiene de comer; y ponerlo a halar de la carga con la frente como los bueyes!" Y citaba versículos de la biblia, artículos de la ley, ejemplos de la historia, párrafos de los autores latinos, todo revuelto y de gran hermosura, como caen las aguas de un torrente, arrastrando en la espuma las piedras y las alimañas del monte.


Sólo estuvo en la pelea, sólo cuando Fernando, que a nada se supo atrever, ni quería descontentar a los de la conquista, que le mandaban a la Corte tan buen oro; sólo cuando Carlos V, que de niño lo oyó con veneración, pero lo engañaba después, cuando entró en ambiciones que requerían mucho gastar, y no estaba para ponerse por las "cosas del clérigo" en contra de los de América, que le enviaban de tributo los galeones de oro y joyas; sólo cuando Felipe II, que se gastó un reino en procurarse otro, y lo dejó todo a su muerte envenenado y frío, como el agujero en que ha dormido la víbora. Si iba a ver al rey, se encontraba la antesala llena de amigos de los encomenderos, todos de seda y sombreros de plumas, con collares de oro de los indios americanos; al ministro no le podía hablar, porque tenía encomiendas él, y tenía minas, o gozaba los frutos de las que poseía en cabeza de otros. De miedo de perder el favor de la Corte, no le ayudaban los mismos que no tenían en América interés. Los que más lo respetaban, por bravo, por justo, por astuto, por elocuente, no lo querían decir, o lo decían donde no los oyeran; porque los hombres suelen admirar al virtuoso mientras no los avergüenza con su virtud o les estorba las ganancias; pero en cuanto se les pone en su camino, bajan los ojos al verlo pasar, o dicen maldades de el, o dejan que otros las digan, o lo saludan a medio sombrero, y le van clavando la puñalada en la sombra. El hombre virtuoso debe ser fuerte de ánimo, y no tenerle miedo a la soledad, ni esperar a que los demás le ayuden, porque estará siempre solo; ¡pero con la alegría de obrar bien, que se parece al cielo de la mañana en la claridad!


Y como él era tan sagaz que no decía cosa que pudiera ofender al rey ni a la Inquisición, sino que pedía la bondad con los indios para bien del rey, y para que se hiciesen más de veras cristianos, no tenían los de la Corte modo de negárseles a las claras, sino que fingían estimarle mucho el celo, y una vez le daban el título de "Protector Universal de los Indios'", con la firma de Fernando, pero sin modo de que le acatasen la autoridad de proteger; y otra, al cabo de cuarenta años de razonar, le dijeron que pusiera en papel las razones por que opinaba que no debían ser esclavos los indios; y otra le dieron poder para que llevase trabajadores de España a una colonia de Cumaná donde se había de ver a los indios con amor, y no halló en toda España sino cincuenta que quisieran ir a trabajar, los cuales fueron, con un vestido que tenía una cruz al pecho, pero no pudieron poner la colonia, porque "el adelantado" había ido antes que ellos con las armas, y los indios enfurecidos disparaban sus flechas de punta envenenada contra todo el que llevaba cruz. Y por fin le encargaron, como por entretenerlo, que pidiese las leyes que le parecían a él bien para los indios, "¡cuántas leyes quisiera, pues, que por ley más o menos no hemos de pelear!" y el las escribía, y las mandaba el rey cumplir, pero en el barco iba la ley, y el modo de desobedecerla. El rey le daba audiencia, y hacía como que le tomaba consejo; pero luego entraba Sepúlveda, con sus pies blandos y sus ojos de zorra, a traer los recados de los que mandaban los galeones, y lo que se hacía de verdad era lo que decía Sepúlveda. Las Casas lo sabía, lo sabía bien; pero ni bajó el tono, ni se cansó de acusar, ni de llamar crimen a lo que era, ni de contar en su "Descripción" las "crueldades", para que el rey mandara al menos que no fuesen tantas, por la vergüenza de que las supiera el mundo. El nombre de los malos no lo decía; porque era noble y les tuvo compasión. Y escribía como hablaba, con la letra fuerte y desigual, llena de chispazos de tinta, como caballo que lleva de jinete a quien quiere llegar pronto, y va levantando el polvo y sacando luces de la piedra.


Fue obispo por fin, pero no de Cusco, que era obispado rico, sino de Chiapas, donde por lo lejos que estaba el virrey, vivían los indios en mayor esclavitud. Fue a Chiapas, a llorar con los indios; pero no sólo a llorar, porque con lágrimas y quejas no se vence a los pícaros, sino a acusarlos sin miedo, a negarles la iglesia a los españoles que no cumplían con la ley nueva que mandaba poner libres a los indios, a hablar en los consejos del ayuntamiento, con discursos que eran a la vez tiernos y terribles, y dejaban a los encomenderos atrevidos como los árboles cuando ha pasado el vendaba]. Pero los encomenderos podían más que él, porque tenían el gobierno de su lado; y le componían cantares en que le decían traidor y español malo; y le daban de noche músicas de cencerro, y le disparaban arcabuces a la puerta para ponerlo en temor, y le rodeaban el convento armados-todos armados, contra un viejo flaco y solo. Y hasta le salieron al camino de Ciudad Real para que no volviera a entrar en la población. El venía a pie, con su bastón, y con dos españoles buenos, y un negro que lo quería como a padre suyo; porque es verdad que las Casas, por el amor de los indios, aconsejó al principio de la conquista que se siguiese trayendo esclavos negros, que resistían mejor el calor; pero luego que los vio padecer, se golpeaba el pecho, y decía: "¡con mi sangre quisiera pagar el pecado de aquel consejo que di por mi amor a los indios!" Con su negro cariñoso venía, y los dos españoles buenos. Venía tal vez de ver como salvaba a la pobre india que se le abrazó a las rodillas a la puerta de su templo mexicano, loca de dolor porque los españoles le habían matado al marido de su corazón, que fue de noche a rezarle a los dioses; ¡y vio de pronto las Casas que eran indios los centinelas que los españoles le habían echado para que no entrase! ¡El les daba a los indios su vida, y los indios venían a atacar a su salvador, porque se lo mandaban los que los azotaban! Y no se quejó, sino que dijo así: "Pues por eso, hijos míos, os tengo que defender más, porque os tienen tan martirizados que no tenéis ya valor ni para agradecer". Y los indios llorando, se echaron a sus pies, y le pidieron perdón. Y entró en Ciudad Real, donde los encomenderos lo esperaban, armados de arcabuz y cañón, como para ir a la guerra. Casi a escondidas tuvo que embarcarlo para España el virrey, porque los encomenderos lo querían matar. El se fue a su convento, a pelear, a defender, a llorar, a escribir. Y murió, sin cansarse, a los noventa y dos años.

lunes, 5 de octubre de 2009

Os hablaré de mis sueños.
Arañas lentas me siguen,
mundos pegadizos indago,
un telón eterno y negro.

De fulígenos pájaros
os hablaré, como rayos
quietos, lo iluminan todo.
Pero siempre esta ese tunel.

Tengo ganas de despertar,
pero manos femeninas
me arrojan a un profundo mar.
por fin, la luz cegadora.

Es la realidad.

Un ensayo del sentimiento.

A veces pienso que no estas,
me desespero y me derrumbo.
Y tu,todo me lo habitabas.
durmiendo bajo mi palma,
caracoles de soledad dulce.
Y en ti, mi sentir, todo es calma.

Juan Jesús Ruiz

sábado, 3 de octubre de 2009

EL COMUNISMO ANARQUISTA

EL COMUNISMO ANARQUISTA
P. Kropotkin
1
Toda sociedad que rompa con la propiedad privada se verá en el caso de organizarse en comunismo anarquista.
Hubo un tiempo en que una familia de aldeanos podía considerar el trigo que cultivaba y las vestiduras de lana tejidas en casa como productos de su propio trabajo. Aun entonces, esta creencia no era del todo correcta. Había caminos y puentes hechos en común, pantanos desecados por un trabajo colectivo y pastos comunes cercados por setos que todos costeaban, Una mejora en las artes de tejer o en el modo de tintar los tejidos, aprovechaba a todos; en aquella época, una familia campesina no podía vivir sino a condición de encontrar apoyo en la ciudad, en el municipio.
Pero hoy, con el actual estado de la industria, en que todo se entrelaza y se sostiene, en que cada rama de la producción se vale de todas las demás, es absolutamente insostenible la pretensión de dar un origen individualista a los productos. Si las industrias textiles o la metalurgia han alcanzado pasmosa perfección en los países civilizados, lo deben al simultáneo desarrollo de otras mil industrias: lo deben a la extensión de la red de ferrocarriles, a la navegación trasatlántica, a la destreza de millones de trabajadores, a cierto grado de cultura general de toda la clase obrera; en fin, a trabajos realizados de un extremo a otro del mundo.
Los italianos que morían de cólera cavando el canal de Suez, o de anemia en el túnel de San Gotardo, y los americanos segados por las granadas en la guerra abolicionista de la industria algodonera en Francia y en Inglaterra no menos que las jóvenes que se vuelven cloróticas en las manufacturas de Manchester o de Ruan o el ingeniero autor de alguna mejora en la maquinaria de tejer.
Situándonos en este punto de vista general y sintético de la producción, no podemos admitir con los colectivistas que una remuneración proporcional a las horas de trabajo aportadas por cada uno en la producción de las riquezas, pueda ser un ideal, ni siquiera un paso adelante hacia ese ideal. Sin discutir aquí si realmente el valor de cambio de las mercancías se mide en la sociedad actual por la cantidad de trabajo necesario para producirlas (según lo han afirmado Smith y Ricardo, cuya tradición ha seguido Marx), bástenos decir que el ideal colectivista nos parecería irrealizable en una sociedad que considerase los instrumentos de producción como un patrimonio común. Basada en este principio, veríase obligada a abandonar en el acto cualquier forma de salario.
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Estamos convencidos de que el individualismo mitigado del sistema colectivista no podría existir junto con el comunismo parcial de la posesión por todos del suelo y de los instrumentos del trabajo. Una nueva forma de posesión requiere una nueva forma de retribución. Una forma nueva de producción no podría mantener la antigua forma de consumo, como no podría amoldarse a las formas antiguas de organización política.
El salario ha nacido de la apropiación personal del suelo y de los instrumentos para la producción por parte de algunos.
Era la condición necesaria para el desarrollo de la producción capitalista; morirá con ella, aunque se trate de disfrazarla bajo la forma de «bonos de trabajo». La posesión común de los instrumentos de trabajo traerá consigo necesariamente el goce en común de los frutos de la labor común.
Sostenemos, no sólo que es deseable el comunismo, sino que hasta las actuales sociedades, fundadas en el individualismo, se ven obligadas de continuo a caminar hacia el comunismo.
El desarrollo del individualismo, durante los tres últimos siglos, se explica, sobre todo, por los esfuerzos del hombre, que quiso prevenirse contra los poderes del capital y del Estado. Creyó por un momento -y así lo han predicado los que formulaban su pensamiento por él- que podía libertarse por completo del Estado y de la sociedad. «Mediante el dinero -decía- puedo comprar todo lo que necesite.» Pero el individuo ha tomado mal camino, y la historia moderna le conduce a confesar que sin el concurso de todos no puede nada, aunque tuviese atestadas de oro sus arcas.
Junto a esa corriente individualista vemos en toda la historia moderna, por una parte, la tendencia a conservar todo lo que queda del comunismo parcial de la antigüedad, y por otra a restablecer el principio comunista en las mil y mil manifestaciones de la vida.
En cuanto los municipios de los siglos X, XI y XII consiguieron emanciparse del señor laico o religioso, dieron inmediatamente gran, extensión al trabajo en común, al consumo en común.
La ciudad era la que fletaba buques y despachaba caravanas para el comercio lejano, cuyos beneficios eran para todos y no para los individuos; también compraba las provisiones para sus habitantes. Las huellas de esas instituciones se han mantenido hasta el siglo XIX, y los pueblos conservan religiosamente el recuerdo de ellas en sus leyendas.
Todo eso ha desaparecido. Pero el municipio rural aún lucha por mantener los últimos vestigios de, ese comunismo, y lo consigue mientras el Estado no vierte su abrumadora espada en la balanza.
Al mismo tiempo surgen, bajo mil diversos aspectos, nuevas organizaciones basadas en el mismo principio de a cada uno según sus necesidades, porque sin cierta dosis de comunismo no podrían vivir las sociedades actuales.
El puente, por cuyo paso pagaban en otro tiempo los transeúntes, se ha hecho de uso común. El camino que antiguamente se pagaba a tanto la legua, ya no existe más que en Oriente. Los museos, las bibliotecas libres, las escuelas gratuitas, las comidas comunes para los niños, los parques y los jardines abiertos para todos, las calles empedradas y alumbradas, libres para todo el mundo; el agua enviada a domicilio y con tendencia general a no tener en cuenta la
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cantidad consumida, he aquí otras tantas instituciones fundadas en el principio de «Tomad lo que necesitéis».
Los tranvías y ferrocarriles introducen ya el billete de abono mensual o anual, sin tener en cuenta el número de viajes, y recientemente toda una nación, Hungría, ha introducido en su red de ferrocarriles el billete por zonas, que permite recorrer quinientos o mil kilómetros por el mismo precio. Tras de esto no falta mucho para el precio uniforme, como ocurre en el servicio postal. En todas estas innovaciones, y otras mil, hay la tendencia a no medir el consumo. Hay quien quiere recorrer mil leguas, y otro solamente quinientas. Esas son necesidades personales, y no hay razón alguna para hacer pagar a uno doble que a otro sólo porque sea dos veces más intensa su necesidad.
Hay también la tendencia a poner las necesidades del individuo por encima de la evaluación de los servicios que haya prestado o que preste algún día a la sociedad. L1égase a considerar la sociedad como un todo cada una de cuyas partes está tan íntimamente ligada con las demás, que el servicio prestado a tal o cual individuo es un servicio prestado a todos.
Cuando acudís a una biblioteca pública -por ejemplo, las de Londres o Berlin-, el bibliotecario no os pregunta qué servicio habéis dado a la sociedad para daros el libro o los cien libros que le pidáis, y si es necesario, os ayuda a buscarlos en el catálogo. Mediante un derecho de entrada único, la sociedad científica abre sus museos, jardines, bibliotecas, laboratorios, y da fiestas anuales a cada uno de sus miembros, ya sea un Darwin o un simple aficionado.
En San Petersburgo, si perseguís un invento, vais a un taller especial, donde os ofrecen sitio, un banco de carpintero, un torno de mecánico, todas las herramientas necesarias, todos los instrumentos de precisión, con tal de que sepáis manejarlos, y se os deja trabajar todo lo que gustéis. Ahí están las herramientas; interesad a amigos por vuestra idea, asociaos a otros amigos de diversos oficios si no preferís trabajar solos; inventad la máquina o no inventéis nada, eso es cosa vuestra. Una idea os conduce, y eso basta.
Los marinos de una falúa de salvamento no preguntan sus títulos a los marineros de un buque náufrago; lanzan su embarcación, arriesgan su vida entre las olas furibundas, y algunas veces mueren por salvar a unos hombres a quienes no conocen siquiera. ¿Y para qué necesitan conocerlos? «Les hacen falta nuestros servicios, son seres humanos: eso basta, su derecho queda asentado. ¡Salvémoslos!» Que mañana una de nuestras grandes ciudades, tan egoístas en tiempos corrientes, sea visitada por una calamidad cualquiera -por ejemplo, un sitio- y esa misma ciudad decidirá que las primeras necesidades que se han de satisfacer son las de los niños y los viejos, sin informarse de los servicios que hayan prestado o presten a la sociedad; es preciso ante todo mantenerlos, cuidar a los combatientes independientemente de la valentía o de la inteligencia
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demostradas por cada uno de ellos, y hombres y mujeres a millares rivalizarán en abnegación por cuidar a los heridos.
Existe la tendencia. Se acentúa en cuanto quedan satisfechas las más imperiosas necesidades de cada uno, a medida que aumenta la fuerza productora de la humanidad; acentúase aún más cada vez que una gran idea ocupa el puesto de las mezquinas preocupaciones de nuestra vida cotidiana.
El día en que devolviesen los instrumentos de producción a todos, en que las tareas fuesen comunes y el trabajo -ocupando el sitio de honor en la sociedad- produjese mucho más de lo necesario para todos, ¿cómo dudar de que esta tendencia ensanchará su esfera de acción hasta llegar a ser el principio mismo de la vida social?
Por esos indicios somos del parecer de que, cuando la revolución haya quebrantado la fuerza que mantiene el sistema actual, nuestra primera obligación será realizar inmediatamente el comunismo. Pero nuestro comunismo no es el de los falansterianos ni el de los teóricos autoritarios alemanes, sino el comunismo anarquista, el comunismo sin gobierno, el de los hombres libres. Esta es la síntesis de los dos fines perseguidos por la humanidad a través de las edades: la libertad económica y la libertad política.
2
Tomando la anarquía como ideal de la organización política, no hacemos más que formular también otra pronunciada tendencia de la humanidad. Cada vez que lo permitía el curso del desarrollo de las sociedades europeas, éstas sacudían el yugo de la autoridad y esbozaban un sistema basado en los principios de la libertad individual. Y vemos en la historia que los períodos durante los cuales fueron derribados los gobiernos a consecuencia de revoluciones parciales o generales, han sido épocas de repentino progreso en el terreno económico e intelectual.
Ya es la independencia de los municipios, cuyos monumentos -fruto del trabajo libre de asociaciones libres- no han sido superados desde entonces; ya es el levantamiento de los campesinos, que hizo la Reforma y puso en peligro el Papado; ya la sociedad -libre en los primeros tiempos- fundada al otro lado del Atlántico por los descontentos que huyeron de la vieja Europa.
Y si observamos el desarrollo presente de las naciones civilizadas, vemos un movimiento cada vez más acentuado en pro de limitar la esfera de acción del gobierno y dejar cada vez mayor libertad al individuo. Esta es la evolución actual, aunque dificultada por el fárrago de instituciones y preocupaciones heredadas de lo pasado. Lo mismo que todas las evoluciones, no espera más que la revolución para barrer las viejas ruinas que le sirven de obstáculo, tomando libre vuelo en la sociedad regenerada.
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Después de haber intentado largo tiempo resolver el insoluble problema de inventar un gobierno que «obligue al individuo a la obediencia, sin cesar de obedecer aquél también a la sociedad», la humanidad, intenta libertarse de toda especie de gobierno y satisfacer sus necesidades de organización, mediante el libre acuerdo entre individuos y grupos que persigan los mismos fines. La independencia de cada mínima unidad territorial es ya una necesidad apremiante; el común acuerdo reemplaza a la ley, y pasando por encima de las fronteras, regula los intereses particulares con la mira puesta en un fin general.
Todo lo que en otro tiempo se tuvo como función del gobierno se le disputa hoy, acomodándose más fácilmente y mejor sin su intervención. Estudiando los progresos hechos en este sentido, nos vemos llevados a afirmar que la humanidad tiende a reducir a cero la acción de los gobiernos, esto es, a abolir el Estado, esa personificación de la injusticia, de la opresión y del monopolio.
Ciertamente que la idea de una sociedad sin Estado provocará por lo menos tantas objeciones como la economía política de una sociedad sin capital privado. Todos hemos sido amamantados con prejuicios acerca de las funciones providenciales del Estado. Toda nuestra educación, desde la enseñanza de las tradiciones romanas hasta el código de Bizancio, que se estudia con el nombre de derecho romano, y las diversas ciencias profesadas en las universidades, nos acostumbran a creer en el gobierno y en las virtudes del Estado providencia.
Para mantener este prejuicio se han inventado y enseñado sistemas filosóficos. Con el mismo fin se han dictado leyes. Toda la política se funda en ese principio, y cada político, cualquiera que sea su matiz, dice siempre al pueblo: «¡Dame el poder; quiero y puedo librarte de las miserias que pesan sobre ti!»
Abrid cualquier libro de sociología, de jurisprudencia, y encontraréis en él siempre al gobierno, con su organización y sus actos, ocupando tan gran lugar, que nos acostumbramos a creer que fuera del gobierno y de los hombres de Estado ya no hay nada.
La prensa repite en todos los tonos la misma cantinela. Columnas enteras se consagran a las discusiones parlamentarias, a las intrigas de los políticos; apenas si se advierte la inmensa vida cotidiana de una nación en algunas lineas que tratan de un asunto económico, a propósito de una ley, o en la sección de noticias o en la de sucesos del día. Y cuando leéis esos periódicos, lo que menos pensáis es en el inmenso número de seres humanos que nacen y mueren, trabajan y consumen, conocen los dolores, piensan y crean, más allá de esos personajes de estorbo, a quienes se glorifica hasta el punto de que sus sombras, agrandadas por nuestra ignorancia, cubran y oculten a la humanidad.
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Y sin embargo, en cuanto se pasa del papel impreso a la vida misma, en cuanto se echa una ojeada a la sociedad, salta a la
vista la parte infinitesimal que en ella representa el gobierno. Balzac había hecho notar ya cuántos millones de campesinos permanecen durante toda su vida sin conocer nada del Estado, excepto los impuestos que están obligados a pagarle. Diariamente se hacen millones de tratos sin que intervenga el gobierno, y los más grandes de ellos -los del comercio y la bolsa- se hacen de modo que ni siquiera se podría invocar al gobierno si una de las partes contratantes tuviese la intención de no cumplir sus compromisos. Hablad con un hombre que conozca el comercio, y os dirá que los cambios operados todos los días entre comerciantes serian de absoluta imposibilidad si no tuvieran por base la confianza mutua. La costumbre de cumplir su palabra, el deseo de no perder el crédito, bastan ampliamente para sostener esa honradez comercial. El mismo que sin el menor remordimiento envenena a sus parroquianos con infectas drogas cubiertas de etiquetas pomposas, tiene como empeño de honor el cumplir sus compromisos. Pues bien; si esa moralidad relativa ha podido desarrollarse, hasta en las condiciones actuales, cuando el enronquecimiento es el único móvil y el único objetivo, ¿podemos dudar que no progrese rápidamente, en cuanto ya no sea la base fundamental de la sociedad la apropiación de los frutos de la labor ajena?
Hay otro rasgo característico de nuestra generación, que aún habla mejor en pro de nuestras ideas, y es el continuo crecimiento del campo de las empresas debidas a la iniciativa privada y el prodigioso desarrollo de todo género de agrupaciones libres. Estos hechos son innumerables, y tan habituales, que forman la esencia de la segunda mitad de este siglo, aun cuando los escritores de socialismo y de política los ignoran, prefiriendo hablarnos siempre de las funciones del gobierno. Estas organizaciones, libres y variadas hasta lo infinito, son un producto tan natural, crecen con tanta rapidez y se agrupan con tanta facilidad, son un resultado tan necesario del continuo crecimiento de las necesidades del hombre civilizado y reemplazan con tantas ventajas a la injerencia gubernamental, que debemos reconocer en ellas un factor cada vez más importante en la vida de las comunidades.
Si no se extienden aún al conjunto de las manifestaciones de la vida, es porque hallan un obstáculo insuperable en la miseria del trabajador, en las castas de la sociedad actual, en la apropiación privada del capital colectivo, en el Estado. Abolid esos obstáculos, Y las veréis cubrir el inmenso dominio de la actividad de los hombres civilizados.
La historia de los cincuenta años últimos es una prueba de la impotencia del gobierno representativo para desempeñar las funciones con que se le ha querido revestir.
Algún día se citará el siglo XIX como la fecha del aborto del parlamentarismo.
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Esta impotencia es tan evidente para todos, son tan palpables las faltas del parlamentarismo y los vicios fundamentales del principio representativo, que los pocos pensadores que han
hecho su crítica (J. Stuart Mill, Laverdais) no han tenido más que traducir el descontento popular. Es absurdo nombrar algunos hombres y decirles: «Hacednos leyes acerca de todas las manifestaciones de nuestra vida, aunque cada uno de vosotros las ignore». Se empieza a comprender que el gobierno de las mayorías parlamentarias significa el abandono de todos los asuntos del país a los que forman las mayorías en la Cámara y en los comicios a los que no tienen opinión.
La unión postal internacional, las uniones de ferrocarriles, las sociedades sabias, dan el ejemplo de soluciones halladas por el libre acuerdo, en vez de por la ley. Cuando grupos diseminados por el mundo quieren llegar hoy a organizarse para un fin cualquiera, no nombran un parlamento internacional de diputados para todo y a quienes se les diga: «Votadnos leyes; las obedeceremos». Cuando no se pueden entender directamente o por correspondencia, envían delegados que conozcan la cuestión especial que va a tratarse, y les dicen: «Procurad poneros de acuerdo acerca de tal asunto, y volved luego no con una ley en el bolsillo, sino con una proposición de acuerdo, que aceptaremos o no aceptaremos». Así es como obran las grandes sociedades industriales y científicas, las asociaciones de todas clases, que hay en gran número en Europa y en los Estados Unidos. Y así deberá obrar la sociedad libertada. Para realizar la expropiación, le será absolutamente imposible organizarse bajo el principio de la representación parlamentaria. Una sociedad fundada en la servidumbre podrá conformarse con la monarquía absoluta; una sociedad basada en el salario y en la explotación de las masas por los detentadores del capital, se acomoda con el parlamentarismo. Pero una sociedad libre que vuelva a entrar en posesión de la herencia común, tendrá que buscar en el libre agrupamiento y en la libre federación de los grupos una organización nueva que convenga a la nueva fase económica de la historia.
EL COMUNISMO ANARQUISTA
- P. KROPOTKIN

miércoles, 30 de septiembre de 2009

Apuntes para una historia del ecologismo

Los antecedentes libertarios del ecologismo en el Estado español son poco conocidos.


Apuntes para una historia del ecologismo


ALAIDES.


Buena parte de los antecedentes del ecologismo social se encuentran, de forma tanto teórica como práctica, en los escritos y movimientos anarquistas que surgieron desde la segunda mitad del siglo pasado.


Más que a ningún otro pueblo se nos ha escondido, manipulado e incluso borrado nuestra propia historia. ¿ Por qué ? Desde luego empieza mal la Historia de España, la Idea misma de España, esa que nos enseñan en la escuela. Los pueblos del estado siemrpe han sido demasiado plurales y, por lo general, rebeldes y anárquicos. La Idea de Una, Grande y Libre se ha forjado a fuego y a sangre, hasta más no poder, o sea, hasta acabar con “los locos en España” (1) para mayor satisfacción y tranquilidad de los partidarios del orden dentro y fuera del estado. Durante cuarenta años el franquismo triunfante mantuvo Una Histori. Después, el despertar, que es el que sin duda recoge Joaquín Fernández, en cuanto a lo que el ecologismo se refiere, en su libro “ El Ecologismo Español “.


¿Pero estamos despiertos del todo o todavía seguimos estirándonos? El autor del libro en el último párrafo de su intructivo artículo “ El ecologismo español ¿ una historia menos ? -publicado en El Ecologista, nº 18-, acierta a nuestro parecer, al afirmar: “ Tender puentes teóricos y prácticos entre el ecologismo moderno y esa rica tradición pre-ecologista, más que un divertimento erudito es una necesidad tan ineludible como justa y reconfortante”.


Ahora bien ¿Adónde está esa “rica tradición pre-ecologista” en la que anclar con firmeza la primera pierna del puente? Aparte la alusión a “algunas experiencias anarquistas de pirncipio de siglo(...)lejana y positiva referencia” y la lucha encarnizada en torno a las minas de Río Tinto (historia repetida de cierta manera con Aznalcóllar), es de suponer que no entienda por “riquísima tradición” a esos sentimentales comentarios de viajeros nostálgicos o a ese marqués de la Vega-Inclán promociendo un parador (¿a costa de cuantos siervos?).


Puede que esto explique aquello, o sea, que con esa tan escasa “rica tradición ecológica” consiga el autor, nada más y nada menos, el entierro del ecologismo después de haberlo reducido a un desilusionado “post-ecologismo”. Si lo que viene ha de ser del “todo diferente”, ¿ no sería mejor esforzarnos para que sea a más o a mejor, en lugar de a menos como lo deja a entender desde un punto de vista de observador? ¿Cómo? No lo sabemos a ciencia cierta. Tal vez, una de nuestras prioridadessea el recuperar de veras esa rica tradición ecolofista, no por nostalgia ni par aun absurdo e imposible mimetismo, sino porque tenemos una tremenda necesidad de coherencia y acierto frente al inmenso reto (2) que se nos plantea.


“No podemos acabar con nuestros lazos a menos que los conozcamos. Por más inconsciente que pueda ser su influencia, un legado de dominación penetra en nuestro pensamiento, nuestros valores, emociones e incluso nuestra musculatura.


Cuanto más la ifnoramos más nos domina la historia” (3)


Naturaleza y jerarquía


Ahora bien, ¿qué acontecimientos históricos puede integrar el ecologismo, haciéndolos suyos? ¿Sólo podemos referirnos a las acciones exclusivamente encaminadas a la conservación o defensa de nuestro entorno natural? En este caso quizá actuemos localmente pero nos olvidaríamos de pensar globalmente. Nos olvidaríamos simplemente de hablar de nosotros mismos como víxtimas del mismo fenómeno pero también como responsables de esa agresión y deterioro.


Para la Ecología Social, previamente a la aparición de las clases y del Estado como formas más visibles de explotación, la dominación de la naturaliza tiene su origen en la mismísima dominación del hombre por el hombre, de la mujer por el hombre, perpetuándose dicha dominación por la sujeción de la infancia. Una humanidad irrealizada no es una humanidad. Y la humanidad es más terrible que cualquier otro ser por su alta capacidad transformadora.


No podemos entender a la naturaleza si la contemplamos desde un prisma jerárquico. Esta visión de dominación no es más que un atropomorfismo, una trasposición de los valores de la sociedad en la que vivimos. En el ámbito social, al igual que en ámbito natural que nos procede y en el estamos incluidos, tenemos que darle un vuelco total al concepto del más apto para sobrevivir.


“El conflicto en la naturaleza entre diferentes tipos de organismos ha sido expresado popularmente en frases ·lucha por la existencia·. Sin embargo, poca gente se da cuenta de que la cooperación mutua entre los diferentes tipos de organismos -simbiosis- es igual de importante, y que el ·más apto· bien puede ser el que más ayuda a sobrevivir a otro” (4)


Máximo propósito ecologista es pues, a nuestro entender, todo intento de reconstrucción social en vistas a abolir la desigualdad de los iguales con el fin de alcanzar la igualdad de los desiguales. O sea, una sociedad de seres diferentes y diferenciados pero con las mismas oportunidades de desarrollo y realización, dentro de una sociedad altamente cooperadora.


Nuestro legado de libertad.


En buena lógica podemos pues considerar toda corriente filosófica, o movimiento social que se proponga “cortar con el legado de dominación” para establecer una sociedad orgánica tal y como la hemos definido, como parte genuina de la historia del ecologismo. En este sentido el ecologismo del Estado español tiene una rica y abundante tradición histórica, de los comuneros de Castilla, y tal vez antes entre moros, cristianos y judíos, a los anarcosindicalistas pasando por el cantonalismo. De todos estos movimientos podemos aprender, tanto de sus aciertos como de sus errores. Centrándonos en el período más cercano, situado entre mediados del siglo XIX y 1.939, vemos que aflora con nitidez creciente una innegable sensibilidad naturalista en el movimiento obrero y campesino hasta culminar con el primer intento práctico de instaurar, a gran escala, una sociedad ecológica. Estos hechos bastante desconocidos de una gran mayoría, se desarrollaron sobre todo en Barcelona y su provincia, empezando el 19 de julio de 1.936, y acabando casi del todo con la contrarrevolución de Mayo de 37.


El origen de este movimiento innovador, sin precedentes y que todavía no ha sido superado en nuestras sociedades avanzadas, se sitúa a nuestro entender en la confluencia histórica de varios fenómenos.


Su base es el proletariado, reicén salido del campesinado, y ese mismo y todavía numeroso campesinado; su ideario: la tendencia anti-autoritaria de la Primera Internacional. El 18 de Junio de 1.870 se celebraría en Barcelona el primer Congreso Obrero de la Sección española de la Internacional en representación de ciento cincuento asociaciones obreras de treinta y seis localidades del Estado español. Ahí se contituiría la Federación Regional Española, con los principios asamblearios, sin delegación de poder, autonomía y descentralización, o sea, federalista. Gracias a todos estos principios organizativos y su ética libertaria correspondiente consiguieron estos obreros su propósito de contrarrestar toda manipulación y evitar la más mínima burocratización, aún después de la creación de la Confederación Nacional del Trabajo en 1.910, y eso hasta por lo menos hasta el años 1.936.


La semilla natualista de los teóricos.


El obrero, con un recién pasado campesino, esto es, con una memoria todavía fresca de la aldea solidaria y de la naturaleza con la que estaba muy familiarizado, era una persona muy sensible y receptiva al discurso naturalista de los teóricos anarquistas.

A finales de siglo XIX, podemos decir que el movimiento obrero con una indudable capacidad organizativa propia fue, sin embargo, fecundado, en gran medida, principalmente por Pedro Kropotkin y por Elíseo Reclus. El primero anticipó en 1.878, lo que ahora denominamos agricultura ecológica (5) , no solamente por sus críticas a las técnicas agrícolas modernas inadecuadas y al uso de la química intrucida por Liebig, sino también por considerar un grave error seguir las pautas de la especulación capitalista en materia de abastecimiento alimenticio. En efecto, al comprar alimentos a primera vista más baratos al exterior, se abandona el cultivo local y se arruina el campesinado que viene a engordar las filas de los hambrientos en la ciudad. Como alternativa propone cultivos altamente productivos en los cinturones de las ciudades con técnicas muy apropiadas, una descentralización de estas últimas para acabar con el desequilibrio campo-ciudad y permitir una máxima participación ciudadana placentera en el proceso de la alimentación.


Kropotkin es, sin embargo, más conocido de los ecólogos científicos y biólogos modernos por su obra El Apoyo Mutuo, un factor de la evolución (6) que fue escrita a partir de 1.860 en reacción al darvinismo social galopante expresado por H. Spencer y Th Wallace. El darvinismo social, partiendo de la obra de Darwin, La evolución de las especies, se fundamentaen en teorias científicas, culminación del pensamiento biológico contemporáneo, para justificar, desde el punto de vista de la evolución natural de las especies, al feroz capitalismo manchesteriano y el ignominioso racismo. Así es como se han popularizado frases como “la lucha por la existencia” y “la supervivencia del más apto” justificando y apoyando al racismo y el individualismo más exacerbado. “El Apoyo Mutuo” ha tenido un importante efecto revulsivo al demostrar que este apoyo mutuo ha sido el factor más importante de evolución de las especies y del ser humano en particular. La obra, pese a algunos errores, ha sido valorada muy positivamente por muchos científicos actuales.


En cuanto a E. Reclus, mucho antes de la creación de la Wilderness Societey en 1.936, este advierte en 1.860 de los peligros que corrían los ecologistas de los bosques de América del Norte. Deplora la pérdida de árboles “colosales” y “nobles” como los secuaoyas de la Costa Oeste, lo que considera como “una pérdida tal vez irreparable” dados los “cientos y miles de años” necesarios para su regeneración.


Aunque no pudiera concebir la Ecología Social, por la época en la que se desenvolvía, por lo menos la intuye en ciertos aspectos como cuando denuncia la relación del hombre con la naturaleza guiada, no por “un sentimiento de respeto y de sensibilidad” hacía ella, sino más bien por “intereses puramente mercantiles” y cuando afirma: “la unión plena del hombre con la naturaleza no se puede conseguir sin destruir las fronteras entre las castas com también las fronteras entre los pueblos” (7).


La educación es otra de las preocupaciones de E. Reclus. En muchos aspectos se adelanta a M. Montessori pero se diferencia de ésta por la importancia que le da al juego. Piensa, además, que “la escuela verdaderamente emancipada de la antigua servidumbre no puede tener franco desarrollo son en la naturaleza”.


Crece la ·mala hierba”


Estas sugerencias recíben una total adherencia por parte de Francisco Ferrer, los maestros nacionalistas y obreros de la Federación Regional Española, como más adelante por los de la CNT. Estos saben que el cambio de estructura social no se hace en cuatro días e implica, a la vez, un cambio radical del máximo de personas que la componen, empezando por los niños. De ahí que los sindicatos, a pesar de las múltiples represiones, se implicaran totalmente creando en cuanto podían una escuela racionalista, tratando de situarla en contacto con la naturaleza, con su huerto propio. Algunas escuelas consiguieron incluso crear sus propias colonias de vacaciones en plena naturaleza para excursiones y giras didácticas. Éste fue el caso de la escuela Natura de Barcelona que la ubicó en los Pirineos. Poco a poco se fue creando una auténtica contracultura popular contra el oscurantismo católico imperante y a favor de la ciencia, la libertad de conciencia, la salud, el amor libre, etc., con el fin de crear seres con una máxima capacidad de concienica, autonomía, apoyo mutuo y amor hacía la naturaleza.


Esta contracultura radical creó arquetipos alternativos donde la naturaleza, ser humano incluido pasó a ocupar un lugar privilegiado junto con la justicia social. Las escuelas racionalistas se llamaron Natura, Armonía... y las niñas y niños, Aurora, Violeta, Germen, Helio, Germinal, Floreal... no sólo para sustraerse y cortar con la tradición católica o para recordar a los meses del calendario de la Revolución francesa de 1.789, ésa de la declaración de los Derechos Humanos, sino también como un claro homenaje a la naturaleza.


El vegetarianismo, el naturismo, el nudismo, el aprendizaje del esperanto y el pacifismo tuvieron un auge sin precedentes incluso bajo la dictadura de Pirmo de Rivera en los años 20. De difundirlo se encargaban La Revista Blanca, Ética de Barcelona, Estudios de Valencia, Generación consciente de Alcoi, entre otras muchas revistas culturales libertarias.


Además de las escuelas y revistas se fundaron auténticos laboratorios de la utopía con las Colonias Naturistas “pequeños ensayos de soiedades basadas en el apoyo mutuo, que admitían tanto formas comunistas como meramente cooperativas, un diseño de higiene social preventiva en lucha constante con la depauperación y la subalimentación de buena parte de la población, finalmente las ideas del vegetarianismo y sus fines morales como base de no-violencia, anterior a cualquier sistema social que se propusiera constituirse como justo y libre” (8). Salvo el hambre y la miseria, algo comparable al retorno al campo de los modernos años 70, pero con una diferencia fundamental: estaban en una relación simbiótica con el mayor movimiento social de la época. “ La coherencia teórica de los ácratas basada en la complementariedad del naturismo con las fomras sociales autogestionarias devendría finalmente la corriente dominante frente a las opciones meramente terapéuticas”.


Ese conjunto de movimientos, asumidos en una misma coherencia dentro del movimiento obrero anarquista, constituía al final de los años 30 un potente movimiento socioecológico, frente a la especulación, masificación y galopante extensión de Barcelona, pero también capaz de proponer y llevar a cabo alternativas prácticas; en varias ciudades, hueglas de alquileres, cooperativas de viviendas; en el campo y los pueblos campañas de dignificación del campesinado para frenar el éxodo rural.


Gracias a las múltiples experiencias, debates y estudios se fue forjando con cada vez más nitidez el proyecto para la nueva soiedad, una vez vencido el capitalismo, algo que, para ellos, estaba a la vuelta de la esquina.


Cataluña, la cosecha destruida


En Barcelona los sindicatos de CNT y el arquitecto anarquista Alfonso Martínez Rizo tenían preparada una propuesta para ser sometida, enriquecida y aprobada por todos los colectivos de usuarios de la ciudad. Contemplada en su bioregión, hecho el primer inventario de su suelo y apartadas las maniobras especulativas, retoma, mejorándola y adaptándola, la propuesta “organicista” de la “Ciudad Jardín” del arquitecto Montoliu a principios de siglo, “ensueño imposible de realizar con el régimen actual de egoísmos libres” (9). Se trataba de descentralizar las ciudades para descongestionarlas y airearlas, dejar que entre el sol, acabar con el divorcio campo-ciudad y conseguir una síntesis entre ambos ámbitos.


También era cuestión de reestructurar los borrios con casas sanas y disponerlos racionalmente en función de sus actividades más específicas, y una “rigurosa ordenación de tránsito automovilístico”. De esta forma se conseguiría una autonomía y una estabilidad mayor de las ciudades, menos desplazamientos inútiles, por consiguiente, una drástica reducción de gastos y contaminación. O sea, para el ciudadano “un hogar cómodo, higiénico y bello situado en una ciudad sana y alegre, en contacto inmediato con el campo” (10).


Diaz años transitorios calculaba Martínez Rizo y el Sindicato de la Construcción para descentralizar Barcelona hasta alcanzar 100.000 habitantes, es decir, el máximo que debería cobijar una ciudad para ser humana. Y no se trataba de imoner nada como ya lo hemos dado a entender cuando relatamos el consenso con todos los colectivos de la ciudad. Es más “sin que la colectividad tome tal acuerdo, automáticamente(las ciudades) se irán despoblando, al desaparecer las fuerzas congregantes que las han engrandecido, y, en cambio, aparecerán fuerzas disgregantes nacidas de la atracción de otros lugares más sanos” (11).


Poco tiene que ver esta metodología con la de los bolcheviques quienes, los primeros, en Mayo de 1.937, asestaron el primer golpe de gracia, con la complacencia del extranjero. Ningún poder capitalista, demócrata o burocrático, podía admitir un hecho sin precedentes con riesgos de extensión: aplastado el fascismo, expropiado el capital, pueblos, comarcas, ciudades, industrias, viviendas, alimentaicón, espectáculos así como los demás sectores quedaron en manos de los proios obreros y campesinos, autogestionados y coordinados con sorprendentes resultados positivos, hasta el final de la guerra.


Es obvio que para que fuera factible la propuesta para Barcelona había que considerala dentro de su bio-región, sometida a su vez al primer inventario de sus recursos naturales (12), con un intento de gran coherencia y una visión global de las interacciones socioecológicas. Así es como se intensificó la investigación sobre las energías limpias y renovables, como losmolinos de viento y el agua, en toda Cataluña. Se llegaron a unos acuerdos en materia de reforestación jamás alcanzados. Juntos, los Sindicatos de Edificación, Madera y Decoración, y las colectividades del campo, acordaron repoblar siempre el triple de lo que se había talado en todos los bosques socializados, por primera vez a disposición de sus habitantes (13),


Sería bueno no sólo no olvidar que tuvimos en Cataluña el primer intento de instaurar una sociedad genuinamente ecologista, nada más aplastado el fascismo, el 19 de Julio de 1.936, sino investigar más áun acerca de la evolución y maduración del pensamiento y las realizaciones de toda esa época por todo el territorio.


Época, por cierto, mucho más interesante de lo que pensamos para el ecologismo en positivo, como acabamos de ver en estas líneas. Claro que podríamos también, desde la óptica de la Ecología Social, dedicarle otro artículo a los errores del anarquismo sobre la naturaleza, errores presentes en sus proios teóricos como Kropotkin y Reclus. Curiosamente, uno de ellos y no el menor ha sido esa veneración hacia la naturaleza. En efecto, toda veneración conlleva una ceguera y, por consiguiente, un análisis truncado de antemano.


¿ Ecología o Barbarie?


En lo que respecta al ecologismo en negativo podríamos trasladarnos, en la misma época, a unos dos mil kilómetros al norte, en la Alemanía nazi donde surgió una plétora de leyes medioambientales para frenar los efectos dañinos de “las toxinas ambientales”, y para “conservar” la naturaleza. Se prohibió el DDT hasta 1.943 así como otras sustancias dañinas, se promovió el pan integral consumido hasta por 43% de la población, se realizaron campañas dietéticas, etc...


Pero es Goering quién mejor expone las dos caras de la política medioambiental de los nazis con la siguiente amenaza: “las personas que practiquen la vivisección de animales de cualquier especie serán deportadas a un campo de concentración”(14).


Más recientemente Le Pen, líder de la extrema derecha francesa se expresaba con términos ecológicos: “ los moros tienen que regresar a sus nichos ecológicos”. A ver que hacen en esta materia sus colegas austríacos al poder...


La historia en este caso nos enseña que en definitiva, lo que llevó al poder a Hitler, con toda legalidad, fue el miedo. Esperemos que el miedo a las catástrofes medioambientales no nos obligue a sufrir unas leyes que además de ser totalmente ineficaces puedan resultar muy dañinas para la especia humana.


Quizá el plantearnos una ecología radical (15) no sea pura elucubración mental, el mini-Chernobil japonés de Tokaimura nos lo recuerda. Ahora bien, antes que nos llegue la hora de enfrentarnos a lo inconcebible de una ecología extremista, quizás tengamos que pensarlo bien e intentar lo imposible, como dijeron algunos en mayo del 68, empezando por nodejar enterrar al ecologismo para convertirlo en un post. La historia aún nos puede enseñar mucho y pese a muchas afirmaciones, todavía no se ha acabado...