viernes, 24 de abril de 2009

BAKUNIN Y LA CIENCIA

De ahí que, por el interés mismo del trabajo tanto como el
de la ciencia, es preciso que ya no haya ni obreros ni científicos,
sino sólo hombres.
Resultará de ello que los hombres que, por su inteligencia
superior, hoy en día están encerrados en el mundo exclusivo de
la ciencia y, afincados ya en ese mundo, aceptando la necesidad
de una posición muy burguesa, hacen funcionar todas sus invenciones
para la utilidad exclusiva de la clase privilegiada de
la que forman parte. Aquellos hombres, una vez que se vuelvan
realmente solidarios con todo el mundo –solidarios, no en imaginación
y en palabras únicamente, sino en los hechos, por el
trabajo– harán funcionar también necesariamente los descubrimientos y las aplicaciones de la ciencia para utilidad de todo
el mundo, y ante todo para el alivio y el ensalzamiento del trabajo,
esa base, la única legítima y la única real, de la humana
sociedad.
Es posible e incluso muy probable que en la época de transición
más o menos larga que sucederá naturalmente a la gran
crisis social, las ciencias más elevadas caigan considerablemente
por debajo del nivel actual. Como resulta indudable también
que el lujo, y cuanto constituyen los refinamientos de la vida,
deberán desaparecer de la sociedad por mucho tiempo, y podrán
reaparecer, no ya como disfrute exclusivo sino como un
noble ascenso de la vida de todos, cuando la sociedad haya
conquistado lo necesario para todo el mundo. ¿Pero será una
desgracia tan grande ese eclipse temporario de la ciencia superior?
¿Lo que pierda en elevación sublime, acaso no lo ganará
al ampliar su base? Sin duda habrá menos ilustres científicos,
pero al mismo tiempo habrá infinitamente menos ignorantes.
Ya no habrá esos pocos hombres que alcanzan el cielo, sino por
el contrario, millones de hombres, hoy por hoy envilecidos,
aplastados, caminarán como humanos en la tierra. Nada de
dioses a medias, nada de esclavos. Los dioses a medias y los
esclavos se humanizarán a la vez, unos descendiendo algo, otros
ascendiendo mucho. Ya no habrá, pues, sitio ni para la divinización
ni para el desprecio. Todos se darán la mano y, al aunarse,
todos caminarán con una andadura nueva hacia nuevas conquistas,
tanto en la ciencia como en la vida. [...] Y estamos
convencidos de que una vez conquistada esa base nueva, los
progresos de la humanidad, tanto en la ciencia como en la vida,
superarán muy rápido cuanto hemos tenido y todo lo que podamos
imaginarnos hoy en día. (INI, pp. 145-147) MIJAIL BAKUNIN.

No hay comentarios:

Publicar un comentario